jueves, abril 27, 2006

En sepia

-- Piotr, pasas, papá, patata, prisma – gritó Piotr --. Piotr, pasas, papá…
-- Excelente jovencito. Ahora, si lograras que tu padre y amigos lo dijeran… --Eliza Withington miró al grupo con circunspección--. Los ojos bien abiertos, eso es. Ahora me gustaría ver una expresión simpática. Les alegrará mucho tener este recuerdo de ustedes en los años venideros.  
Y así será. Y la luz impetuosa de la cálida tarde de marzo se convertirá en la elegancia de color sepia del ayer. Entonces éramos así. Jóvenes y de aspecto inocente. Y tan pintorescos. Maryna apenas reconocible con su atuendo de colona, un vestido de calicó oscuro, con larga sobrefalda, el cabello con raya en el centro y recogido en un prieto moño en la nuca. Bogdan con su pulcra chaqueta de pana y pantalones de lana, las perneras metidas en las botas altas, unas Wellington nuevas. Piotr con camisa a cuadros y pantalones cortos de dril, el cabello rubio abruptamente cortado al nivel de las orejas y peinado a un lado, como un chiquillo americano. ¡Y mirad, Ryszard con sombrero de ala ancha!, le dirá Ryszard a su esposa (su segunda esposa), mientras manosea la foto y contempla su expresión de antaño. Aniela recordará la emoción de ponerse el delantal con pechera blanca que Maryna le comprara la semana anterior.
-- Nos parece que tenemos una expresión muy simpática – dijo Bogdan--. Pero usted es la fotógrafa.

Susan Sontag - En América.