viernes, abril 01, 2005

(Te amo)

"...El hijo de Grace y Ernest Turner, la hija de Emily y Jack Tallis, los amigos de la infancia, los conocidos de la universidad, en un estado de gozo expansivo y sereno afrontaban un cambio trascendental que habían alcanzado. La cercanía de una cara conocida no era absurda, sino maravillosa. Robbie miraba a la mujer, la chica a quien conocía de siempre, pensando que el cambio completo se había operado en él mismo, y era algo fundamental, tan fundamentalmente biológico como el nacimiento. Nada tan singular ni tan importante había acaecido desde el día de su nacimiento. Ella le devolvió la mirada, sorprendida por el hecho de su propia transformación, y abrumada por la belleza de una cara que la costumbre de toda una vida le había enseñado a pasar por alto. Susurró el nombre de él con la parsimonia de un niño que ensaya sonidos distintos. Cuando él respondió pronunciando el nombre de ella, sonó como una palabra nueva: las sílabas eran las mismas, pero el sentimiento era diferente. Por último el dijo las dos sencillas palabras que ni el arte malo ni la mala fe pueden abaratar del todo. Ella las repitió, con exactamente el mismo énfasis en la primera palabra, como si ella fuese la primera en decirlas. Él no tenía creencias religiosas, pero era imposible no pensar que había una presencia o un testigo invisibles en la habitación, y que aquellas palabras pronunciadas en voz alta eran como la firma de un contrato inmaterial."

Ian McEwan - Expiación